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Estrés y pérdida de audición
El estilo de vida que llevamos ha llevado a los expertos a catalogar el estrés como la enfermedad del siglo.
La vida frenética que llevamos ha hecho que el estrés, tanto en el trabajo como en la vida personal haya ido en aumento, así que es normal que todo el mundo sienta presión. Pero, ¿qué efecto tiene el estrés crónico en el cuerpo? Sabemos que si no tenemos cuidado, el estrés, la ansiedad y la depresión podrían tener un efecto desfavorable para nuestra salud.
Pero, ¿una cantidad suficiente de estrés puede causar problemas sensoriales? ¿Qué pasa si el estrés puede causar pérdida de audición?
Puedes pensar que el estrés no te está afectando pero un día todos nos haremos mayores y sentiremos las repercusiones del estilo de vida que hemos llevado. Para responder a la pregunta que hacíamos anteriormente, sí, el estrés puede causar pérdida de audición.
El estrés y la hipoacusia
El instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia, realizó un estudio en el que se demostró que el estrés es uno de los principales desencadenantes de los problemas auditivos, entre ellos la hipersensibilidad al sonido. Esta afección hace que las personas que la padecen, ante un pequeño ruido, sientan un dolor en el oído.
El estrés es un problema que cada vez afecta a más personas. En la actualidad, debido al estilo de vida que llevamos, se está presentando cada vez más en niños. Además, durante la pandemia, para reducir la propagación del COVID-19, fue necesario tomar diferentes medidas como el confinamiento o el distanciamiento social. Estas medidas nos hicieron sentir aislados y aumentaron el estrés y la ansiedad.
Tensión muscular
El estrés que soportamos en el día a día aumenta nuestra tensión muscular, lo que afecta directamente a los músculos faciales y al cuello. La presión que provoca activa los músculos masticadores y produce una sensación de tapones en los oídos. También puede provocar una sensación de zumbidos o pitidos en los oídos ya que, por las noches, se tiende a apretar los dientes.
Como resultado de esta tensión muscular, puede hacer que los músculos del oído se tensen y que la estructura interna del oído funcione de forma incorrecta, lo que provocará una pérdida temporal de la audición u otros problemas auditivos. Entre estos problemas auditivos, el estrés a largo plazo puede provocar podemos encontrar algunos graves como el síndrome de Ménière.
Acúfenos o tinnitus por estrés
Como decíamos, la tensión muscular puede hacer que aparezcan nuevos problemas auditivos que antes no teníamos. Relacionado al estrés, la ansiedad, el cansancio o la contaminación acústica con la que convivimos puede hacer que aparezcan acúfenos o tinnitus. Estos factores pueden hacer que nuestra sensibilidad auditiva aumente.
Los acúfenos se presentan en el oído como un zumbido continuo, sin que exista ningún estímulo externo que lo provoque. Este pitido puede tener una duración de unos minutos o incluso puede llegar a permanecer durante horas. Lo más habitual es que el tinnitus aparezca a partir de los 45 años.
Los trabajadores de oficios que habitualmente están sometidos a grandes presiones y personas que ocupan puestos en trabajos ruidosos, son algunos de los perfiles que acuden con mayor frecuencia a los centros especializados en acúfenos.
Otras situaciones como el consumo de sustancias tóxicas, el tabaco, consumo de café, etc. aumentan las probabilidades de que se pueda llegar a esta afección.
Según un estudio realizado por el Ototech Center, en pacientes con esta afección, casi el 45% de las personas dijeron sentir que su tinnitus empeoraba en situaciones con estrés. Por otro lado, el 42% de las personas que sufrían zumbidos en el oído señalaba que se sentían molestos e irritados a causa del mismo. Además, el 45% de las personas encuestadas con esta patología, comunicaban una pérdida de audición en muchos casos irreversible.
En algunos casos los acúfenos se presentan como un síntoma de una pérdida auditiva que podría ser progresiva.
Lo peligroso es que entendemos cómo nos hace sentir la ansiedad y cómo puede interrumpir la alegría que podamos tener en la vida, pero no se nos pasa por la cabeza la idea de que nuestra audición puede verse afectada. Y aunque no lo creamos, la pérdida de audición puede provocar más ansiedad y depresión, especialmente si no se diagnostica y trata adecuadamente.
En caso de padecer cualquier síntoma recomendamos acudir a un centro auditivo especializado y de calidad, como Aural, que pueda atender cada problema auditivo de forma individual y personalizada.