Una madre decidió tatuarse un audífono en su cabeza para demostrarle a su pequeña hija que siempre tendrá con quien contar, especialmente en momentos difíciles como los que le ha tenido que enfrentar últimamente.
Nada más al dar a luz, Stacey Barnard, de 26 años, se enteró que la pequeña Georgia venía con problemas de audición y que tendría que utilizar un audífono para escuchar. A los siete años, a la pequeña le resulta incómodo usar el aparato, por lo que constantemente se lo saca, lo lleva mal puesto, e incluso se le ha perdido.
Producto del estigma que aún persiste sobre esta condición y el uso de estos dispositivos, Stacey debió luchar para que una escuela de normooyentes aceptara a la niña y luego la pequeña debió lidiar con algo peor: el bullying escolar.
Stacey decidió entonces cambiar a Georgia a un colegio para niños con sordera, pero esto no resolvió los problemas que la niña tenía con su aparato. Una noche, relata la madre, la pequeña lanzó el audífono y lo rompió, dejando todas las partes repartidas por la casa. En ese momento pensó que era necesario darle un espaldarazo “¿por qué no me hago un tatuaje de su primer audífono?”, pensó.
La joven madre contactó entonces a un tatuador quien dijo, inmediatamente se enamoró de la idea, y comenzaron a trabajar en el diseño: un audífono rosado con el nombre de Georgia y que termina con una mariposa, el símbolo de la sordera.
Con información de biobiochile.cl